martes, agosto 30, 2011

Declaración docente

Esta proclama de enseñanza la escribí en 2007 y me dan ganas de volver a publicarla.


La idea es sencilla y no me acuerdo qué lectura me la hizo ver: todo en el mundo -las cosas que uno hace, los objetos mismos- pueden ser pensados como si fueran ayudas, como si todo ayudara a algo.

Ejemplos:

Un auto te ayuda a ir de un lado a otro.
Un diario te ayuda a estar informado.
La radio te ayuda a escuchar música, o te ayuda a pasarla bien o a sentirte acompañado.
Un cajero te ayuda a que puedas pagar lo que querés comprar.
Un bife te ayuda a estar alimentado.
Un amigo te ayuda a conocerte, a pasarla bien, a estar contento.
Una novia te ayuda a desplegar intimidad, a sentirte bien, a sentir tu cuerpo, a sentir el suyo.

Esta idea propone una óptica, una manera interesante de pensar las cosas. Su interés está en que revela el lazo que conecta a las personas, y a las personas con las cosas. Según la perspectiva de la ayuda, todo es relacional.

Desde esta perspectiva me pregunto por mis clases:

¿A qué ayudo yo en mis clases? ¿A qué ayudo con mis cursos?

No puedo decir exactamente a qué ayudo, pero puedo responder estas preguntas diciendo qué quiero lograr con mis cursos, para qué quiero que sirvan.

Las respuestas son estas:

1) me gusta tratar de que mis clases sean una fiesta, es decir, que los que vienen pasen un gran momento, un momento pleno, divertido y veloz,

2) me gusta dar ideas y perspectivas que apoyen el despliegue personal del entusiasmo de cada alumno (entiendo que el pensamiento filosófico tiene que ver con ese movimiento personal)

3) busco que las preguntas y los temas que generan angustia y temor dejen paso a posturas vitales, de atrevimiento,

4) quiero lograr que los alumnos sintonicen con lo más afirmativo en ellos,

5) que mis cursos den más ganas de vivir,

6) quiero desarrollar un pensamiento inteligente, capaz de pensar al mundo como es y de zafar del truco crítico (esas posturas que parecen inteligentes pero no lo son)

7) trato de dar palabras e ideas para que los asistentes logren expresar su mundo interno,

8) trato de ofrecer textos interesantes, de dar a conocer bibliografía estimulante, textos que den ganas de seguir leyendo,

9) busco contagiar la avidez por leer, pensar, entender

10) quiero contribuir a aclarar el estado caótico del cual todo pensamiento naturalmente parte y debe partir

11) que quienes vienen a clase puedan vivir ese caos con confianza y hasta con cierta felicidad

12) que disfruten planteándose y planteando problemas y preguntas y encontrando soluciones para ellos,

13) busco ayudar a que encuentren su estilo, sus temas, las ideas que les resulten más atractivas y movilizantes

14) que tengan recursos afectivos para buscar el camino de su deseo en la vida

15) que se saquen de encimas perspectivas paralizantes

16) que disfrutemos de pensar juntos, con sutileza y humor

¿Para qué decir todo esto?

Creo que uno suele creer que las cosas que piensa son evidentes. Pero me doy cuenta de que hacerlas explícitas tiene mucho más sentido del que parece.

Si uno no dice lo que siente y piensa, la mayor parte de las veces el otro no se entera.

4 comentarios:

Fe r dijo...

Sí, ya la había leído cuando hice tu taller de escritura, y me encanta. Comparto 100% tus ideas siendo docente. Enseñar es eso que vos decís: es dar alas, guiar los pasos para el que aprende vaya siempre un poco más allá. Y si eso no se hace desde la alegría compartida del que enseña y el que aprende, que se retroalimentan de manera maravillosa, haciendo que el que enseña aprenda del que aprende mucho más de lo que aprende el que está para aprender, entonces no hay enseñanza ni aprendizaje. Sin alegría y placer, sin diversión y fluir perdiendo la noción del tiempo, sin ganas de ser, se des-aprende... Enseñar y aprender se fusionan en una fiesta de contacto, convirtiéndose en la misma cosa, se entrelazan en un entramado profundamente enriquecedor y solidario que redunda en crecimiento personal para todos los involucrados.
Es necesario hacerse preguntas todo el tiempo cuando uno enseña, pero mucho más necesario es lograr encontrar las respuestas. Y si las repuestas no vienen o hacen ruido, hay que seguir haciéndose preguntas.
Es una bella declaración docente que podría enseñarse en los magisterios y profesorados.
¡Saludos!
Fer.

Tatuagem dijo...

Y lo lográs eh...sin desperdicios!

Saludos!

Victor dijo...

Tuve la suerte de participar de un par de charlas tuyas y fueron muy útiles para mi.

cieloytierra dijo...

...tu exposición de lo que deseás ayuda a que la comunicación se "sanee"...suena raro... pero salud en los vínculos activos q proponemos, por ej, desde la enseñanza, es fundamental, para sumar en SALUD... a nivel personal obviamente, y colaborando así socialmente...

"Si uno no dice lo que siente y piensa, la mayor parte de las veces el otro no se entera."

gracias Ale.

un saludo

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