Financial Times: “Persiste en la Argentina el problema con el Peronismo”

A continuación, el editorial titulado El problema con el Peronismo persiste publicado por el diario británico "Financial Times" (tomado de Ambito Financiero):

Animada por su arrolladora victoria electoral del domingo, Cristina Fernández de Kirchner, la primera mujer de la Argentina elegida presidente, llegó al poder con el compromiso de construir puentes con sus opositores y reconstruir la credibilidad de las instituciones. Luego de cuatro años en los que el gobierno populista de centroizquierda de su marido Néstor Kirchner desdeñó las sutilezas constitucionales, esta postura más abierta de Fernández es muy bienvenida. Pero debe considerarse con escepticismo.

Si bien es cierto que Kirchner forjó lazos entre su ahora dominante facción en la izquierda del partido peronista y otras agrupaciones de izquierda y de centro, desde muchos puntos de vista Kirchner y su esposa (que jugó un papel importante en la administración que termina) han usado clásicas tácticas peronistas para consolidar su poder.

La administración de Kirchner gobernó de manera semi-autoritaria, basándose en decretos para hacer aprobar importantes leyes. Fortaleció vínculos políticos con gobiernos locales usando fondos del Estado y el gasto trepó bruscamente durante la campaña electoral. La administración pública y el poder judicial se han politizado y han perdido su independencia. Incluso estadísticas básicas como las cifras oficiales de inflación ya no son confiables a causa de la intervención del gobierno.

La propia candidatura de Cristina Fernández se decidió a puertas cerradas, lo que refleja un enfoque intolerante y excluyente al proceso político. Es fundamental que el Gobierno cambie el rumbo. En primer lugar, aunque los altos precios de los commodities y el clima favorable en los mercados financieros han contribuido a que la Argentina pueda tener cuatro años de rápido crecimiento económico, se necesitan instituciones más creíbles para lidiar con una creciente inflación y restricciones en la capacidad.

Segundo, sin una política más responsable y abierta, las divisiones sociales en Argentina pueden volverse más pronunciadas. Los argentinos más pobres -quienes han sido los principales beneficiarios de la creación de empleo y del gasto público- votaron masivamente en favor de Fernández. Pero en el caso de muchos argentinos en mejor situación económica, el estilo arbitrario de los Kirchner contribuyó a un creciente desencanto con la política, lo que se observó en la gran cantidad de gente que no votó y en el fuerte apoyo que tuvo la oposición en las ciudades más importantes del país.

Al convocar a los argentinos a reconstruir el tejido social y al dejar de lado el lenguaje de confrontación, Fernández ha demostrado que es consciente del desafío. Sin embargo, sigue siendo una incógnita si una dirigente política tan sumida en las tradiciones verticalistas del partido peronista puede liderar el proceso del verdadero cambio que la Argentina necesita.