lunes, diciembre 05, 2005

Charla sobre Nietzsche

Aquí las palabras introductorias a la charla que dí el viernes en la Librería Capítulo Dos. Las fotos son del evento, tomadas por Ernesto Skidelsky con su teléfono celular…

Charla Nietzsche y nosotros

(El mundo visto de frente)

El título propone una perspectiva: vamos a leer a Nietzsche buscando un interlocutor, no un objeto de estudio, la cual es una diferencia básica. E implica una visión del pensamiento: nosotros –el plural alude a los aquí presentes, pero también a algunas cosas de nuestra perspectiva que son comunes y determinan una interpretación del autor- nosotros, decía, creemos que pensar es parte de nuestra vida, un comportamiento corporal, una función de nuestra experiencia. Pensamos para crecer, para estar mejor, para poder más, pensamos para nosotros. Esta visión es también la de Nietzsche, en gran medida, y tiene importantes argumentos para que podamos desplegar esta perspectiva.

Nietzsche además, se mete mucho con nosotros. Es un autor al que es difícil leer con distancia. Podemos transformarlo en un autor académico, pero es desnaturalizarlo. Muchas veces se lo academiza precisamente para protegerse de su fuerza, o de su bestialidad.

Nietzsche es un poco bestial. Dice cosas a las que uno se resiste, que suenan mal. Ejemplo del Anticristo: “Los débiles y los malogrados deben perecer: artículo primero de mi amor a los hombres”. No suena Ibarrista.

Solución para poder tratar con él, para darle un sentido a su carácter tremendo: decirnos que Nietzsche nos confronta con nuestras creencias.

Les cuento qué me pasó a mí: empeceé a leerlo sintiendo que era un flor de hijo de puta y que no podía ser tomado en serio. Además, pedante, como resulta claro al leer el índice del Ecce Homo (Por qué soy tan inteligente, Por qué escribo tan buenos libros, Por qué soy tan sabio, etc). Pero al mismo tiempo que se ecuentran esas barreras, esas diferencias, uno empieza –a mi me pasó- a picotear una idea aquí y otra por allí, y a ver que detrás de esa aparente incivilización hay una visión del mundo compleja, rica, valiente, exigente, estimulante.

Uno se engancha, mi caso, por el lado de algunas afirmaciones que dan la sensación de una ventana abierta, se respura mejor. Nietzsche nos reconcilia con nosotros mismos, claro, dependiendo de quién seamos. Pero es posible que en muchos sentidos Nietzsche nos enseñe a pensar a favor nuestro, a favor de una fuerza de la vida que nos atraviesa y que a veces resulta incómoda pero que al mismo tiempo es nuestra única oportunidad.

Lo planee así: voy a ofrecerles una especie de salpicón de Nietzsche, es decir, una serie de ideas surtidas que a mi me han resultado orientadoras e interesantes, y voy a ofrecerles mis comentarios sobre ellas. El juego es el de una charla: uds me pueden interrumpir, pueden opinar y preguntar, aportar, y yo me reservo el derecho de conducir el diálogo, es decir, tratar de que las intervenciones sean breves, de ayudar a que lo sean, a conservar cierto equilibrio entre las intervenciones (que nadie acapare el diálogo) y etc.



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